6.06.2012

DIE EXTERNSTEINE (Bosque Teutónico - Alemania)





En 1926, Teudt y varios de sus colegas de la Sociedad de Amigos de la Prehistoria Alemana aseguraron que Externsteine ocupaba un lugar destacado en esta “red astronómica” germánica, llegando a calificar al pretendido santuario de “Stonehenge alemán”. Según el religioso, esta hipótesis se veía respaldada por la presencia de la ventana circular en la “columna 2”, desde la que era posible contemplar la salida del sol en el solsticio de verano. En realidad, la idea de que Externsteine podía poseer una alineación astronómica no era nueva, pues había sido publicada previamente por el lingüista y arqueólogo Gustaf Kossina en la revista Mannus.


Con el ascenso al poder del NSDAP en 1933, Teudt vio cumplidos sus deseos. Sus contactos políticos dieron sus frutos, y ese mismo año el antiguo religioso obtuvo permiso para cercar el lugar, comenzar los estudios y más tarde convertir Externsteine en un “bosque sagrado” que rememorase su antigua condición de santuario germánico. Poco después se estableció laExternsteine-Stiftung (Fundación Externsteine), en cuyo comité principal se encontraban Teudt y el mismísimo Heinrich Himmler. Las SS y el germen de la futura sociedad Ahnenerbe –que no surgiría oficialmente hasta 1935– habían entrado en escena.


Con el apoyo del partido, Teudt tenía vía libre para confirmar sus hipótesis que, por otra parte, resultaban del agrado de Himmler, pues ofrecía un lugar sagrado de los antiguos germanos en el que cimentar buena parte de sus ideas sobre la supremacía aria.

Una imagen de la excavación de 1935, en el momento de desenterrar el supuesto altar germánico

Así, en la primavera de 1934 Teudt reclutó al geólogo Julius Andree, miembro del partido nazi, para dirigir la primera excavación. Aquellos trabajos lograron atraer la atención del público, pues tras la excavación más de 35.000 personas se acercaron hasta el lugar. Como es lógico, las repercusiones no se hicieron esperar en el ámbito académico. Un profesor de Historia de la cercana localidad de Detmold, Emil Altfeld, manifestó su preocupación a varios expertos en Prehistoria, pues había comprobado que Andree no dudaba en ignorar las evidencias que echaban por tierra las hipótesis de Teudt. Por desgracia, poco pudieron hacer para recuperar la metodología científica en las excavaciones.


Para esas fechas, las hipótesis de Teudt habían logrado tal respaldo –en 1936 fue premiado con el mando de la segunda división de la Ahnenerbe, la Germanenkunde– que ni siquiera los académicos afines al régimen se atrevieron a manifestar sus puntos de vista. Ese fue el caso, por ejemplo, de Fritz Wiegers, arqueólogo y miembro del partido. Según él mismo explicó a su colega Karl Jacob-Friesen, temió dar a conocer sus críticas a las excavaciones por miedo a represalias. “Si hubiera dado mi honesta opinión habría perdido mi trabajo en ese mismo momento, o habría ocurrido algo peor. Por lo que a mí respecta, ¡desde ahora Externsteine será germánico!”, manifestó Wiegers. Como es lógico, el silencio entre los estudiosos sin afinidad con el nazismo fue aún mayor. De este modo, las ideas de Teudt –quien paradójicamente terminaría siendo expulsado de la Ahnenerbe en 1938–, apoyadas por Himmler, se perpetuaron tras la Segunda Guerra Mundial, llegando hasta nuestros días.

DESMONTANDO EL MITO
Inexplicablemente, tras el final de la guerra arqueólogos e historiadores alemanes ignoraron las excavaciones realizadas en los años 30. Por este motivo, y gracias al éxito de ciertos libros y programas de televisión en la década de los 80 –ver anexo–, Externsteine siguió considerándose un centro sagrado de los antiguos germanos, con una importante clave astronómica y se le identificó con la posible localización del sagrado Irminsul destruido por Carlomagno.

Hubo que esperar a los años 90 para que la reputada arqueóloga alemana Uta Halle emprendiera la primera investigación plenamente científica sobre el yacimiento. Tras localizar y entrevistar –no sin grandes problemas– a los descendientes de Teudt y de otros implicados en el asunto, y después de analizar concienzudamente los restos encontrados en las distintas excavaciones, Halle descubrió que únicamente se habían hallado materiales de finales del paleolítico, cerámicas de lossiglos X al XIV y piezas metálicas datadas entre los siglos XII y XIX. Ninguno de estos hallazgos indicaba un uso religioso, y tampoco habían aparecido evidencias sobre una presencia de la cultura germánica en Externsteine.

Dibujar y contar una historia con Externsteine de escenografía, era una obsesión que tenía desde hace años. Es un lugar extraño, con una cantidad extensa de leyendas y con un protagonismo muy importante durante la Segunda Guerra Mundial, a pesar de que esa etapa no se quiera recordar en Alemania. Quería contar esa parte de la historia olvidada, y cuando comencé a escribir el guión de BAJO LA SOMBRA DE LAS PIEDRAS FLOTANTES, tenía como claro que la parte central del libro tendría lugar en Externsteine. KIKO DA SILVA 2012.